viernes, 29 de enero de 2010

¿Qué pasaría con la salud si Piñera fuera Presidente?

¿Qué pasaría con la salud si Piñera fuera Presidente?

(YA ES PRESIDENTE QUE VA A PASAR AHORA )

La propuesta de Piñera es un negocio. No mejora los niveles de salud. Al contrario, amenaza con empeorarlos. Sólo mejora los ingresos de los empresarios de las aseguradoras, las isapres, los megacentros de salud.



La Nación

Hernán Monasterio, Médico siquiatra y salubrista

El equipo de Sebastián Piñera propone un plan mínimo garantizado óptimo, que explicitaría sólo algunas atenciones. ¿Cuántas? No se sabe, sólo se dice que es mínimo, en abierta contradicción con lo planteado por Michelle Bachelet, que delineó un proyecto de garantías crecientes en su programa de salud. Para financiarlo eliminaría 7% de cotización y otorgaría un aporte fiscal de modo de asegurar que todos tengan el plan básico. Los ricos ¿pagarían el plan básico de su propio bolsillo o será el fisco? Si se elimina la cotización, los más pobres y la clase media sólo podrían recibir planes mínimos, mientras los ricos tendrían posibilidad de acceder a otros más caros y completos.

Es una propuesta engañosa la de Piñera, porque para hacerla más digerible se plantean críticas a la labor realizada por las isapres como guardianas de 7% del sector privado. Pero no se plantea nada más que un cambio de giro en el negocio. En vez de administrar 7% del sector privado, quieren administrar el plan básico de todos los chilenos; es decir, ampliar el mercado. Realmente, se busca que los aseguradores privados y las isapres reciban un aporte fiscal y de esa forma aumenten sus ingresos. Se pretende que el Estado pague por los más pobres un subsidio para el plan mínimo, posible de comprar en cualquier isapre. A eso le llama subsidios portables. Se quiere “portar” el subsidio fiscal hacia las ganancias de los seguros privados.

El plan de Piñera es una reforma en beneficio de las isapres y las compañías de seguros. No se concibe la salud más que como negocio. ¿Tendrá el candidato presidencial de RN inversiones en las isapres y las compañías de seguros? ¿Qué pasa con las enfermedades catastróficas? ¿Las pagaría el seguro? No, porque son muy caras y dañan el bolsillo de la compañía. Para evitarlo, se propone un fondo solidario; es decir, que todos los chilenos ayudemos a la aseguradora a pagar los costos de una enfermedad catastrófica. Ahora bien, para completar el cuadro se propone que las aseguradoras tengan “libertad de contrato” con los establecimientos públicos y las mutuales. Esto significa que las isapres puedan ocupar camas del sector público y las reservadas para los accidentes laborales. No quieren seguir pagando clínicas privadas, sino que desplazar a los trabajadores y a los pobres y ocupar las camas con los clientes isapres.

Como ahora los hospitales públicos por ley deben atender exclusivamente a los beneficiarios de Fonasa, el equipo de Piñera plantea una ley para lograr la autonomía para ofertar a los más ricos las camas y las horas médicas de todos los hospitales y consultorios. Es decir, las compañías aseguradoras no invierten en nada y quieren profitar de la inversión hecha por el Estado. Las consecuencias de una política así serían catastróficas para la salud de los chilenos. ¿Se imagina a los hospitales compitiendo entre sí para atender primero a los que tengan un mejor seguro y paguen más?; ahora sí que a los pobres no les tocaría nunca. Como si esto fuera poco, Piñera no busca aliarse solamente con las isapres y las aseguradoras, sino con los empresarios de megacentros de salud y con los que quieren invertir en clínicas y consultorios. A estos ofrece otro negocio. Asignar poblaciones a entidades privadas. ¿Qué significa? Que quiere privatizar la salud. El financiamiento actual de hospitales y consultorios de la red pública se basa en que éstos se hacen cargo de la población de un territorio. Se pretende con esta medida suplantar el rol de los establecimientos públicos y recibir los dineros que el Estado y los cotizantes de Fonasa aportan hoy. Para asignar los aportes del Estado a esta salud de centros privados se propone además que sean pagos prospectivos. Esto quiere decir que primero se paga y después se efectúan las acciones. ¿Dónde van los excedentes? Al bolsillo de la empresa.

La propuesta de Piñera es un negocio. No mejora los niveles de salud. Amenaza con empeorarlos y derribar lo que tanto nos ha costado forjar. Sólo mejora los ingresos de los empresarios de las aseguradoras, las isapres y los megacentros de salud. La propuesta de Lavín no se queda atrás. Dice prácticamente lo mismo. Busca abrir más espacios al negocio de la salud. Tras la fachada de una salud primaria familiar, se esconde un interés todavía más agresivo que el de Piñera por privatizar la atención primaria. Pero Lavín no sólo pretende que los megacentros le quiten la atención a los municipios, sino que los médicos de los centros privados de los barrios tengan población asignada sin formar parte de la red de servicios. Una especie de salud subsidiada de segunda categoría.

La propuesta de Bachelet es diametralmente opuesta. Para que las garantías en salud lleguen a todos los chilenos resulta fundamental el fortalecimiento y la modernización del sector público. Hospitales y consultorios en red, funcionando de forma mancomunada, con un equipamiento de primera línea para atender con oportunidad y calidad a todos, sin que nadie quede excluido. Esa es la diferencia.

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