miércoles, 1 de febrero de 2012

Las razones de la ofensiva comunicacional del ministro Mañalich

Encuestas y problemas del sector no le juegan a favor

Las razones de la ofensiva comunicacional del ministro MañalichAunque el ministro de Salud no es muy conocido para la opinión pública, en estas últimas semanas podría haber cambiado esa impresión. Ese –dicen en el oficialismo- debe ser uno de los principales objetivos del secretario de Estado al decidir copar los medios. Otros más suspicaces no dudan en afirmar que solo está “cuidando la pega”, porque el Presidente le habría advertido que debía mostrar más resultados en gestión y mejorar las complejas relaciones políticas que mantiene con sectores de la UDI.

.por Claudia Rivas Arenas

.Esa es la mirada de un significativo grupo que valora la gestión del secretario de Estado. Pero el ex director de la Clínica Las Condes también tiene detractores que ven en la ofensiva mediática de estas últimas semanas la fórmula para intentar mantenerse en el gabinete. Mientras, en La Moneda reconocen que se le está presionando para que dé solución a los problemas administrativos que habría heredado su ministerio y de los que él mismo puso al tanto al Presidente Sebastián Piñera, en la primera bilateral que sostuvo con el mandatario.

Según fuentes de gobierno, Mañalich ha tenido tres bilaterales con el Presidente, porque Salud es uno de los ministerios con más problemas. La idea de los encuentros es que el ministro le vaya entregando a Piñera posibles soluciones, mismas que el jefe de Estado exigió imperiosamente. Y aunque en La Moneda descartan que la ofensiva comunicacional del titular de Salud haya sido orquestada por Palacio, reconocen que le “estaba haciendo falta”. De hecho, afirman que en la segunda cita con el mandatario, éste le habría manifestado derechamente a Mañalich que “o te pones las pilas, o te vas”. Por lo que tienen la convicción que la estrategia comunicacional del titular de Salud responde a la “reacción de Mañalich a una situación en que está en la cuerda floja”.

El ministro fue uno de los primeros en enfrentar al jefe de Estado en las bilaterales fijadas para determinar cómo cada ministerio concretaría los anuncios del 21 de mayo, los primeros días de junio. Pero a esa cita le han seguido dos más, ya que en el intertanto el secretario de Estado no mostró una buena performance, particularmente en el tema de los niños que padecen tirosinemia, a los cuales su cartera les pretendió reducir a una ínfima ayuda la subvención al remedio que les permite seguir viviendo. Cosa que fue pésimamente mal evaluada, incluso en la derecha.

De allí que la ofensiva comunicacional no sorprende en el oficialismo. Esta comenzó el 23 de junio con una larga entrevista en The Clinic; seguida por otra en la revista Qué Pasa; posteriormente en la Tercera y una aparición en el programa Tolerancia Cero de Chilevisión, el canal de Piñera. Toda esta avalancha mediática ha sido reforzada con artículos en El Mercurio y La Segunda, donde se reafirma la postura del ministerio en relación con una serie de temas, como los despidos efectuados por –según ha dicho el ministro- duplicidad de funciones, entre otras cosas.

Flancos y encuestas
En el oscuro escenario que envuelve a esta cartera y a su titular, fuentes de La Moneda aseguran que Piñera le exigió al ministro, de manera imperativa, “un cambio radical”. Lo que apunta al hecho de tomar las medidas necesarias para terminar con los problemas de gestión y ordenar lo que hasta ahora se han generado respecto de la relación de Mañalich con algunos parlamentarios.

Algunos estiman que “si no hace algo drástico, podría terminar siendo el primer cambio ministerial”.Ello, porque sus principales detractores se encuentran en la UDI y el mandatario pretende evitar conflictos con sus socios, los que hasta ahora no ha tenido pocos. En el gremialismo se han enfrentado en más de una oportunidad con el titular de Salud. Al punto que en la Sexta Región aún hay cargos que no se han podido llenar porque no hay acuerdo con los parlamentarios de la zona. Tanto, que el primo de Piñera, senador Andrés Chadwick, debió intervenir en la situación, pero no logró que el ministro cambiara de postura. Ahora, dice un parlamentario gremialista, “las relaciones están cortadas”. Una situación similar se dio en la Octava Región, por lo que en la UDI se aglutinan los principales detractores del titular de Salud, un flanco nada menor cuando de acumular enemigos se trata.

Pese a sus esfuerzos, las encuestas tampoco lo han tratado bien. Y eso no ha pasado inadvertido ni en La Moneda ni en los partidos de la derecha. Aunque en RN cuenta con sus más firmes adherentes, reconocen que no lo ha hecho bien comunicacionalmente. Al contrario, admiten que en esta área “ha estado bien debilucho”, por lo que valoran que “tomara la decisión de pasar a la ofensiva en el ámbito comunicacional. Va por el camino correcto, pero le falta un poco de planificación”, dice un legislador de la tienda de Antonio Varas. En este sentido, le atribuyen “al déficit en la política comunicacional” algunos de los chascarros de su gestión. Ya que aseguran que Mañalich “ha tenido tantos éxitos o más que (Joaquín) Lavín, pero no ha sabido amplificarlos a través de los medios. Y eso es lo que está empezando a hacer”.

Al respecto, otra fuente afirma que el sólo hecho de “parar la estructura de salud, post terremoto, fue un éxito tan grande como el que Lavín llevara a los estudiantes a clases, pero no ha sido suficientemente publicitado”. En ese contexto es que la diputada Karla Rubilar promovió la realización de una sesión especial en la Cámara para que Mañalich pueda explicarle a los parlamentarios los reales alcances de los problemas que existen en su cartera. La idea es que, en adelante, el titular de Salud se coordine con el Congreso para que los legisladores oficialistas puedan convertirse en verdaderos amplificadores de sus obras.

Pero admiten también que las encuestas no le juegan a favor, porque lejos de mejorar, ha ido bajando en la Adimark, desde la primera medición –en abril-, donde marcó un 69 por ciento de aprobación. Con un bajo conocimiento público, luego en mayo bajó a un 54 por ciento y en la última marcó 55. En este contexto, tanto detractores como adherentes coinciden en que “obviamente tiene que hacer un trabajo comunicacional más fuerte”. Los primeros, porque estiman que “si no hace algo drástico, podría terminar siendo el primer cambio ministerial” y los segundos, porque tienen la convicción de que “lo ha hecho súper bien y tiene que mostrarle a la opinión pública que es uno de los mejores ministros, con una de las carteras más complicadas”.

Por las razones que sea, el ministro de Salud no dejó caer en el vacío los consejos de quienes le propusieron que hiciera una campaña comunicacional que coincide estratégicamente con la decisión de La Moneda de acentuar la fiscalización a la ex Presidenta Bachelet. Aunque en el gobierno niegan categóricamente que exista tal fiscalización y mucho menos que haya una coordinación con Mañalich para su ofensiva comunicacional. Pero si admiten que Salud es un flanco nada menor para la ex mandataria.

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Corte de Apelaciones acogió a trámite recurso de protección contra el Minsal

1 de Junio de 2010

Corte de Apelaciones acogió a trámite recurso de protección contra el Minsal

Mañalich tendrá que dar explicaciones por rebaja de subsidio para niños que padecen TirosinemiaLa primera sala del tribunal de alzada capitalino dio un plazo de cinco días al secretario de Estado para explicar por qué su cartera bajó de seis millones a un millón mensual los recursos que beneficiaban a los pequeños que viven con la enfermedad y que necesitan contar con el medicamento NTBC -que tiene un costo de 10 millones al mes - para continuar viviendo. [Actualizada]

.por El Mostrador
. Gobierno no da solución a niños condenados a morir por falta de costoso medicamento Presentan recurso para que el Estado asegure tratamiento a niños que padecen mortal enfermedad Las razones de la ofensiva comunicacional del ministro Mañalich Emplazan a Mañalich por recorte presupuestario para medicamentos vitales en enfermos de tirosinemia Cámara acuerda solicitar a Piñera que mantenga financiamiento para tratamiento de niños con tirosinemia Gobierno cede y llega a acuerdo con familiares de niños con Tirosinemia Un primer triunfo judicial se adjudicaron los padres de nueve niños que padecen tirosinemia, luego que la Primera Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago acogió a tramitación este martes el recurso de protección que habían interpuesto el viernes pasado en contra del Ministerio de Salud.

La acción judicial la presentó la Agrupación de Familiares en Ayuda de Niños con Tirosinemia Tipo I (AFANTI)
luego que la cartera encabezada por el ministro Jaime Mañalich redujera considerablemente un subsidio de seis millones de pesos para cada niño para costear un costoso medicamento que les permite mantener bajo control esta enfermedad, y que tiene un valor de alrededor de 10 millones al mes.

Dicho fármaco permite suplir el déficit de una enzima a nivel hepático, que provoca un daño crónico que puede desencadenar un cáncer.

De este modo, el tribunal de alzada dio un plazo de cinco días a Mañalich para que explique los motivos que llevaron a su cartera a reducir el subsidio para la adquisición del medicamento y del cual depende la vida de los pequeños, cuyas edades fluctúan entre uno y nueve años.

El subsidio de la enfermedad lo resolvieron las autoridades sanitarias de la adminisración de Michelle Bachelet en diciembre de 2009, cuando el Minsal comprometió la compra del medicamento NTBC por un periodo de tres meses -entre enero y marzo- destinando $56 millones de pesos mensuales del Fondo de Auxilio Extraordinario.

Pero en abril pasado, las nuevas autoridades modificaron el aporte, disponiendo sólo un millón de pesos para cada niño para el transcurso de todo el año.

El recurso de protección que acogió la Corte, fue interpuesto por la presidenta de la agrupación, Marisol Encalada en conjunto con los abogados Esteban Tomic y Roberto Celedón, con el objetivo que el Estado, en su rol de garante de la vida, salud e integridad física de los menores, asegure de forma permanente el acceso de los niños al tratamiento.

El recurso considera como arbitraria la rebaja de fondos y alega la “ausencia de razón o fundamento para la dictación de la resolución que vulnera los derechos de esta parte. En efecto, no existe ningún motivo jurídico expresado en la comunicación en la que se informó la decisión de disminuir el aporte para adquirir el medicamento”.

En la actualidad los nueve casos existentes en el país son tratados por el Laboratorio de Enfermedades Metabólicas del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile. Los niños diagnosticados con Tirosinemia Tipo I deben ser tratados con una terapia basada en el fármaco Orfadin (NTBC), el cual es producido por un único laboratorio en el mundo, lo que explica en parte su alto costo.

Los menores diagnosticados con esta condición deben estar sometidos constantemente a control médico especializado y recibir el fármaco en forma regular, además de tener un régimen de alimentación especial que restringe las proteínas y que, por ejemplo, les impide consumir leche, debiendo reemplazarla este producto por un sustituto que tiene un costo mensual de 120 mil pesos y que encarece la carga económica que las familias deben enfrentar.

Los familiares agrupados en AFANTI, en conjunto con los especialistas del INTA, han desplegado innumerables esfuerzos con el objeto de lograr que el Estado de Chile, al igual que en países como Argentina y Brasil, llegue a un acuerdo con el distribuidor para la región garantizando así el suministro permanente del fármaco.

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martes, 31 de enero de 2012

SINDROME DE BURNOUT EN MEDICOS DE HOSPITALES PUBLICOS DE LA CIUDAD DE CORRIENTES

Revista de Posgrado de la VIa Cátedra de Medicina - N° 141 – Enero 2005

Pág. 27-30



SINDROME DE BURNOUT EN MEDICOS DE HOSPITALES PUBLICOS DE LA CIUDAD DE CORRIENTES
Adriana María Alvarez, Dra. María Lourdes Arce

Dra. Alejandra Elizabet Barrios, Dr. Antonio Rafael Sánchez de Coll.



RESUMEN

Palabras claves: burnout, estrés, médicos.

Se realizó un estudio descriptivo y transversal con el objetivo de establecer la presencia del síndrome de burnout en médicos de hospitales públicos de la ciudad de Corrientes durante el mes de noviembre de 2004. La población estuvo conformada por 80 médicos, 42 del sexo femenino y 38 del sexo masculino, de entre 25 años y 50 años, seleccionados al azar.

Los datos fueron recogidos a través de una encuesta que contaba con una parte sociodemográfica y el Maslach Burnout Inventory. Los resultados obtenidos fueron: el síndrome de burnout predominó en el sexo femenino, con un total de 22 profesionales (25%) en la categoría cansancio emocional; con respecto a edades el grupo 1 (25-34 años) resultó ser el más afectado, con un total de 36 profesionales (45%) .

Según la situación conyugal, los más afectados fueron los que se encontraban en unión estable, en la variable cansancio emocional, con un total de 16 (20%); sin embargo, en la variable despersonalización, predominaron los que no se encontraban en pareja siendo un total de 19 (23,75%).

En cuanto a los años de ejercicio de profesión, los profesionales con menos de 10 años de ejercicio, fueron los que mayor índice de burnout presentaron, con un total de 37 (46,25%).

Se observó que la dimensión más afectada en la mayoría de las variables fue “cansancio emocional”, seguida inmediatamente por la dimensión “despersonalización”.



SUMMARY

Key words: burnout, stress, doctors.

A descriptive and cross- sectional study was made with the objective to establish the presence of the burnout syndrome in doctors of public hospitals of the city of Corrientes during the month of November of 2004. The population was conformed by 80 doctors, 42 of feminine sex and 38 of masculine sex, between 25 years and 50 years, selected at random. The data were gathered through a survey that counted on a social- demographic part and the Maslach Burnout Inventory. The obtained results were: the syndrome of burnout predominated in feminine sex, with a total of 22 professionals (25%) in the category emotional fatigue; with respect to age, group 1 (25-34 years) turned out to be affected, with a total of 36 professionals (45%).

According to the conjugal situation, the most affected were those than they were in stable union, in the variable emotional fatigue, with a total of 16 (20%); nevertheless, in the variable dehumanisation, those predominated that were not in pair being a total of 19 (23, 75%).

As far as the years of profession exercise, the professionals with less than 10 years of exercise, were those that greater index of burnout presented, with a total of 37 (46, 25%).

It was observed that the more affected dimension in most of the variables was “emotional fatigue”, immediately followed by the dimension “dehumanisation”.



INTRODUCCION

El síndrome de agotamiento profesional o burnout, significa estar o sentirse quemado, agotado, sobrecargado, exhausto. Este síndrome presenta, tres componentes esenciales: el agotamiento emocional, la despersonalización y la falta de realización profesional. (1) Suele afectar a personas con gran intervención social, profesionales de ayuda a los demás.(2)

Las doctoras Maslach y Jackson en sus trabajos sobre el síndrome de burnout, consideran a este síndrome como un proceso de estrés crónico por contacto, en el cual dimensionan tres grandes aspectos: el cansancio emocional, caracterizado por la pérdida progresiva de energía, desgaste y agotamiento; la despersonalización, caracterizada por un cambio negativo de actitudes que lleva a un distanciamiento frente a los problemas, llegando a considerar a las personas con las que tratan como verdaderos objetos; y la falta de realización profesional, donde se dan respuestas negativas hacia sí mismos y hacia el trabajo, con manifestaciones pseudo depresivas y con tendencia a la huida, una moral baja, un descenso en la productividad en el trabajo, lo que lleva a una escasa o nula realización profesional. (3)

El síndrome de burnout es motivo de preocupación, por las repercusiones personales que implica, ya sean emocionales, conductuales o psicosomáticas, por las repercusiones familiares y sociales, así como por la repercusión en el ámbito laboral u organizacional, como ausentismo laboral, disminución del grado de satisfacción de los profesionales y usuarios y pérdida de productividad. (4)

La motivación del presente trabajo está en relación al malestar perecido en los profesionales de la salud de los hospitales generales, especialmente en los últimos años, por el proceso de deterioro de las condiciones socioeconómicas y el incremento de la demanda de asistencia de la población en los hospitales públicos.

Se plantearon como objetivos valorar el comportamiento del síndrome de burnout en médicos de hospitales públicos de la ciudad de Corrientes en el mes de noviembre de 2004 y evaluar como incide éste según el sexo, edad, años de ejercicio de la profesión y situación conyugal de los profesionales encuestados.



MATERIALES Y METODOS

Se realizó un estudio descriptivo y transversal con el objeto de determinar la presencia del síndrome de burnout en médicos pertenecientes a los hospitales públicos de la ciudad de Corrientes.

Se trabajó con un total de 80 médicos, 42 del sexo femenino y 38 del sexo masculino, de entre 25 y 50 años, seleccionados aleatoriamente, los cuales conformaron la muestra. Las variables empleadas fueron: grupo de edades, sexo, situación conyugal y años de ejercicio de la profesión.

El registro primario lo constituyó el cuestionario de Maslach Burnout Inventory (MBI), el cual es el instrumento más utilizado en el mundo. Ver cuadro 1. Se trata de un cuestionario autoadministrado que mide el desgaste profesional. Se completa en 10- 15 minutos y mide los tres aspectos del síndrome antes mencionados. Está constituido de 22 ítems en forma de afirmaciones, sobre los sentimientos y actitudes del profesional en su trabajo y hacia los pacientes.

El cuestionario evalúa las 3 dimensiones del síndrome: el cansancio emocional consta de 9 ítems (1,2,3,6,8,13,14,16,20); la despersonalización está formada por 5 ítems (5,10,11,15,22); y por último la realización profesional se compone de 8 ítems (4,7,9,12,17,18,19,21). Los grados de intensidad van desde: 0 = nunca; 1= pocas veces al año o menos; 2= una vez al mes o menos; 3= unas pocas veces al mes o menos; 4= una vez a la semana; 5= pocas veces a la semana; hasta 6= todos los días. Altas puntuaciones en las dos primeras escalas y bajas en la tercera definen al síndrome.

Como puntos de corte se pensó seguir los criterios seguidos por otros autores. Para cansancio emocional, puntuaciones 27 o superiores son indicativas de un alto nivel de burnout. El intervalo 19- 26 correspondería a puntuaciones intermedias, siendo por debajo de 19 indicativas de niveles de burnout bajos o muy bajos. Para despersonalización, puntuaciones superiores a 10 serían de nivel alto, 6- 9 medio y menos de 6, bajo grado de despersonalización. En contrapartida, la escala de realización profesional funciona en sentido opuesto a las anteriores, 0- 33 puntos indicarán baja realización, 34- 39 intermedia y más de 40 alta sensación de logro. (4)

Además el cuestionario contó con una encuesta sociodemográfica, que incluyó sexo (M, F), grupos de edad (grupo 1 de 25- 34 años; grupo 2 de 35- 44 años; y grupo 3 de 45 o más años), situación conyugal (solo, unión estable) y años de ejercicio de la profesión (grupo 1 de < 10 años; grupo 2 entre 10 y 20 años; y grupo 3 > de 20 años).

Los datos fueron evaluados estadísticamente y los resultados volcados en una tabla para su mejor comprensión.



Cuadro 1 __________________________________

ESCALA DE MASLACH BURNOUT INVENTORY (MBI)

1. Me siento emocionalmente agotado por mi trabajo.

2. Me siento agotado al final de la jornada de trabajo.

3. Me siento fatigado cuando me levanto por la mañana y tengo que ir a trabajar.

4. Comprendo fácilmente como se sienten los pacientes.

5. Creo que trato a algunos pacientes como si fueran objetos impersonales.

6. Trabajar todo el día con mucha gente es un esfuerzo.

7. Trato muy eficazmente los problemas de los pacientes.

8. Me siento quemado por mi trabajo.

9. Creo que influyo positivamente con mi trabajo en la vida de las personas.

10. Me he vuelto más insensible con la gente desde que ejerzo esta profesión.

11. Me preocupa el hecho de que este trabajo me endurezca emocionalmente.

12. Me siento muy activo.

13. Me siento frustrado en mi trabajo.

14. Creo que estoy trabajando demasiado.

15. Realmente no me preocupa lo que le ocurre a mis pacientes.

16. Trabajar directamente con personas me produce estrés.

17. Puedo crear fácilmente una atmósfera relajada con mis pacientes.

18. Me siento estimulado después de trabajar con mis pacientes.

19. He conseguido muchas cosas útiles en mi profesión.

20. Me siento acabado.

21. En mi trabajo trato los problemas emocionales con mucha calma.

22. Siento que los pacientes me culpan por algunos de sus problemas.



RESULTADOS

El síndrome de burnout presentó predominio en el sexo femenino, con un total de 22 profesionales (25%) en la dimensión cansancio emocional; con respecto a edades el grupo 1 (25-34 años) resultó ser el más afectado, con un total de 36 profesionales (45%) también en la variable cansancio emocional.

Según la situación conyugal, los más afectados fueron los que se encontraban en unión estable, en la variable cansancio emocional, con un total de 16 (20%); sin embargo, en la variable despersonalización, predominaron los que no se encontraban en pareja siendo un total de 19 (23,75%).

En cuanto a los años de ejercicio de profesión, los profesionales con menos de 10 años de ejercicio, fueron los que mayor índice de burnout presentaron, con un total de 37 (46,25%).

Se observó que la dimensión más afectada en la mayoría de las variables fue “cansancio emocional”, seguida inmediatamente por la dimensión “despersonalización”. Ver tabla 1.



Tabla 1. Niveles de burnout por subescalas

Variable
Sub-escala
Alto
Medio
Bajo



Sexo Masculino
CE
15 (18,75%)
7 (8,75%)
16 (20%)

DP
15 (18,75%)
8 (10%)
15 (18,75%)

RP
3 (3,75%)
3 (3,75%)
32 (40%)

Sexo Femenino
CE
22 (27,5%)
6 (7,5%)
14 (17,5%)

DP
15 (18,75%)
7 (8,75%)
20 (25%)

RP
8 (10%)
7 (8,75%)
27 (33,75%)

Edad. Grupo 1

25- 34 años
CE
36 (45%)
8 (10%)
19 (23,75%)

DP
24 (30%)
12 (15%)
27 (33,75%)

RP
11 (13,75%)
8 (10%)
44 (55%)

Grupo 2

35- 44 años
CE
1 (1,25%)
4 (5%)
7 (8,75%)

DP
3 (3,75%)
2 (2,5%)
7 (8,75%)

RP
0 (0%)
1 (1,25%)
11 (13,75%)

Grupo 3

45 años o más
CE
0 (0%)
1 (1,25%)
4 (80%)

DP
3 (60%)
1 (1,25%)
1 (1,25%)

RP
0 (0%)
1 (1,25%)
4 (5%)

Situación conyugal en unión estable
CE
16 (20%)
7 (8,75%)
14 (17,5%)

DP
16 (20%)
6 (7,5%)
15 (18,75%)

RP
4 (5%)
4 (5%)
29 (36,25%)

No conviven con Pareja estable
CE
14 (17,5%)
6 (7,5%)
23 (28,75%)

DP
19 (23,75%)
9 (11,25%)
15 (18,75%)

RP
7 (8,75%)
6 (7,5%)
30 (37,5%)

Años de ejercicio < de 10 años
CE
37 (46,25%)
9 (11,25%)
21 (26,25%)

DP
27 (33,75%)
12 (15%)
28 (35%)

RP
11 (13,75%)
9 (11,25%)
47 (58,75%)

10- 20 años de ejercicio de la profesión
CE
0 (0%)
4 (5%)
5 (6,25%)

DP
0 (0%)
3 (3,75%)
6 (7,5%)

RP
0 (0%)
0 (0%)
9 (11,25%)

>de 21 años de ejercicio de la profesión
CE
0 (0%)
0 (0%)
4 (5%)

DP
3 (3,75%)
0 (0%)
1 (1,25%)

RP
0 (0%)
1 (1,25%)
3 (3,75%)


CE: cansancio emocional. DP: despersonalización. RP: realización profesional.



DISCUSION

Como se desprende de los resultados de los diversos grupos, existe una elevada prevalencia de desgaste profesional.

La bibliografía consultada establece que el síndrome de burnout puede afectar a personas de cualquier edad, aunque existe un predominio en edades donde se alcanza la madurez y en los profesionales con más años de labor lo cual no coincide con los resultados que obtuvimos. (5,7).

Sin embargo debemos considerar que la muestra obtenida está representada en mayor parte por profesionales jóvenes, pertenecientes al grupo 1 (25- 34 años) y que representan el 78,75% del total, lo cual desestima en alguna medida la comparación con los grupos de mayor edad.

También observamos una desproporción tomando la subescala de cansancio emocional donde la incidencia del burnout es alta y tomando la subescala de realización profesional se observa una baja incidencia del síndrome, esta disparidad entre subescala podría ser explicada por el hecho de que las encuestas fueron realizadas mayormente a médicos residentes, que están sometidos a grandes cargas horarias y a un trabajo extenuante, lo cual se ve reflejado en el alto índice de cansancio emocional. La bibliografía consultada y la mayoría de los trabajos de investigación encontrados mostraron que la categoría “cansancio emocional” concentra el mayor porcentaje de personal afectado tanto en el sector médico como en enfermería, lo cual coincide claramente con los resultados del presente trabajo.(6-8) Esta categoría refleja la relación que se establece con los pacientes, y ante la sobrecarga que siente el profesional, éste instala esta defensa como medida protectora.

Diversos estudios han encontrado que los varones son más susceptibles de sufrir el síndrome aunque otros no hallan esta asociación y muestran al sexo femenino con mayor incidencia del síndrome, lo cual también coincide con el presente trabajo. (7)

En cuanto a la situación conyugal hay también una disparidad entre los valores obtenidos en la actual muestra, aunque hay un mayor índice de cansancio emocional en los que si se encontraban en pareja y una leve superioridad en las dos escalas restantes, en los que se encontraban en dicha situación; no se ha observado en la bibliografía que haya una clara asociación del burnout con la situación conyugal, aunque algunos estudios muestran un leve predominio en los profesionales con pareja estable.

En conclusión se ha observado que el burnout está presente y en una alta incidencia en los médicos de hospitales públicos de la ciudad de Corrientes, observándose un amplio predominio en la categoría de cansancio emocional, en cuanto a la edad y años de ejercicio de la profesión hubo mayor incidencia en los médicos más jóvenes y con menor experiencia laboral.



BIBLIOGRAFIA
1. Olivar C, González S, Martínez MM. Factores relacionados con la satisfacción laboral y el desgaste profesional en los médicos de atención primaria de Asturias. Aten Primaria 1999; 24: 352- 359.

2. Caballero MA, Bermejo F, Nieto R, Caballero F. Prevalencia y factores asociados al Burnout en un área de salud. Aten Primaria 2001; 27: 313- 317.

3. Zaldúa G, Lodieu MT, Koloditzky D. El síndrome de Burnout en hospitales públicos. Revista Médica del Hospital J Ramos Mejía 2000; 7 (1): 13- 17.

4. Pérez Jaurequi MI. El síndrome de Burnout en los profesionales de la salud. Publicación virtual de la Facultad de Psicología y Psicopedagogía de la USAL (en línea). Diciembre 2002 (fecha de acceso 2 de octubre de 2004). Disponible en: http://www.salvador.edu.ar/publicaciones/pyp/12/ua1-9pub03-12-06.htm

5. Auger S. Salud pública y guardias hospitalarias. Boletín de asociación de médicos municipales de la ciudad de Buenos Aires 2003; 89: 1.

6. Araquistain L, Damis H. Lo insalubre de trabajar en salud Síndrome de Burnout. Boletín de asociación de médicos municipales de la ciudad de Buenos Aires 2001; 26: 1- 8.

7. Cebria J, Segura J, Corbella S y col. Rasgos de personalidad y Burnout en médicos de familia. Aten Primaria 2001; 27: 459- 468.

8. Navarro V. Síndrome de Burnout o quemazón profesional. Intermedicina.com (en línea). Junio 2002 (fecha de acceso 2 de octubre de 2004). Disponible en: http://www.intermedicina.com/Avances/Interes_General/AIG23.htm

Sindrome de Burnout en Medicos

martes, 29 de noviembre de 2005
Sindrome de Burnout en Medicos

El Dr. Ernesto Gil Deza pronunció una conferencia magistral que profundiza hasta el núcleo mismo de la insatisfacción y el malestar profesional.


Vamos a analizar el problema del burnout y la responsabilidad de que yo esté aquí es exclusivamente de los organizadores y el libro de quejas está a su disposición.

El problema del burnout es un tema en el cual hemos logrado comprender que los médicos somos humanos. Como los médicos somos humanos, tenemos problemas con nuestro conocimiento: nuestro conocimiento es frágil. Antes éramos onmiscientes, hoy sabemos que lamentablemente nuestros conocimientos son frágiles, escasos e inciertos.

Tenemos problemas éticos: los conflictos de intereses versus la sacralidad médica.
Aun cuando el juramento hipocrático obligara a que educáramos a los hijos de nuestros maestros y obligara a que respetáramos la sexualidad de aquellas casas de las personas que visitábamos, siempre nos consideramos mucho más cerca de los santos que de los hombres, hoy sabemos que somos hombres. El conocimientos no está desprovisto de intereses espúreos.
Un problema práctico: antes éramos omnipotentes, hoy lamentablemente sabemos que tenemos dificultades con nuestra práctica. Esto no sólo nos afecta a nosotros, sino afecta a todo aquel que trabaje en el área de salud, o puede afectarlo.

Claramente el burnout es la etapa final del estrés profesional y se caracteriza por tres cosas: estar emocionalmente exhausto, estar despersonalizado, tener baja estima e insatisfacción, y puede afectar hasta al 66% de los oncólogos clínicos.

¿Cuál es el máximo estrés que vivimos en nuestra práctica profesional?

El máximo estrés que vivimos en nuestra práctica profesional se da en dos situaciones diferentes. Aquella situación donde el curso es infausto, es decir, lamentablemente prevemos lo que va a suceder indefectiblemente y además, somos incapaces de actuar. Por eso la mayor presión, el mayor estrés, la vive una enfermera de neonatología: sabe lo que va a suceder y, lamentablemente, no está en condiciones de actuar para modificar ese curso.

El otro problema son las expectativas desmedidas, la insatisfacción: es la relación entre la desmesura de lo que esperamos y la realidad de lo que obtenemos. Aunque eso puede definir desde un matrimonio, hasta casi cualquier otra cosa digamos, lo cierto es que esta frustración entre lo que esperamos y la realidad nos genera una enorme limitación y tensión.

La incidencia de burnout varía en toda la profesión médica, entre el 10% y el 70%, es decir, no hay área médica libre de estrés, no hay área médica libre de burnout, no hay persona que trabaje en salud que no pueda exponerse a ello.
Hace poco tiempo, TheNew England Journal of Medicine publica una perspectiva sobre el problema del suicidio médico, tema del que no se habla pero que todos conocemos y del que todos tenemos alguna experiencia próxima. 25 estudios distintos muestran un 40% más de suicidio entre los médicos y un 130% más de suicidio en las médicas con respecto a los profesionales de la misma edad y sexo de la población general. Esta diferencia se debe fundamentalmente a dos cosas: el acoso sexual de las médicas en el trabajo, hay una correlación directa entre acoso sexual e intento de suicidio; la insatisfacción laboral por no poder acceder a puestos de dirección y la eficacia en que los intentos de suicidio se transforman en suicidios reales.

¿Cuál es la causa esencial de esta diferencia que nosotros tenemos en nuestra profesión con respecto a las demás profesiones?

Fíjense, (puede sonar viejo esto), pero la verdad es que nuestra profesión es una verdadera vocación en la cual los miembros no pueden separar su profesión de su vida.

¿Esta es la primer frase de qué libro?

Esta es la primera frase del primer capítulo del “Cecil”. Así empieza el Cecil, es decir, lo primero que nos dice el libro más estudiado en medicina clínica es: señores, ustedes acaban de abrazar un estilo de vivir, lo cual implica no sólo una manera de hacer sino una manera de ser.

¿Cuáles son los desafíos en nuestra vida profesional que nos colocan antes estas situaciones de estrés que a veces nos “queman”?

* El manejo de la verdad
* El problema de la enfermedad.
* El cuidado de la familia.
* El enfrentamiento de la muerte.

· El manejo de la verdad es una arte que lamentablemente aprendemos después de recibirnos, y no antes. El órgano más importante para manejar la verdad no es la lengua, es la “oreja”. Entrenarse en escuchar, en ser capaz de percibir lo que el otro necesita.

· El problema de la enfermedad es claro: hay enfermedades que son prevenibles, hay enfermedades que son curables, hay enfermedades que son paliables, pero todas son temibles y todas son mortales, sino no son enfermedades.
La enfermedad nos enfrenta a nuestra debilidad radical: a la muerte. Sino, no la consideramos enfermedad. Y esa fragilidad está presente desde nuestros tiempos de estudiantes (yo creo que fuera de embarazarme padecí todo lo que estudiaba).

· El cuidado de la familia es un desafío muy claro. Cuando ingresa alguien al consultorio o cuando vemos a alguien en el hospital estamos viendo junto, detrás y siempre, a la familia. Porque cualquier grupo humano que cuida a un paciente mugiente es familia. No estamos hablando de familias bien constituidas, mal constituidas, relativamente constituidas, desconstituidas, contracturada o lo que fuere. Estamos diciendo, cuando hay un grupo humano que cuida a un paciente, eso es una familia. Y tenemos que saber cuáles son sus enfermedades, cómo fueron sus duelos previos, qué estructura familiar, qué roles se han roto y, en el caso particular de la atención de pacientes murientes, tenemos que ver a los chicos, porque la mayoría de las veces, los niños, en esas condiciones, son alejados y no son vistos y sufren enormemente.

· El dilema de la muerte, al cual la mayoría de la población tiende a no mirar, es existencial, es instantáneo, es irreversible, es indefectible, es incierto, es insoluble, es impactante y es inexplicable y si alguien quiere agregarle algo más puede. Lo cierto es que decía Marañón: “nadie que se enfrenta a un ser que acaba de morir y tiene corazón pude dejar de sentir”. Y nadie que tiene cerebro puede dejar de pensar.

Entonces, esta realidad que nosotros vivimos, del manejo de la verdad, del control de la enfermedad, del cuidado de la familia y del enfrentamiento de la muerte está en cada uno de los pacientes que vemos todos los días de nuestra vida, todas las horas de nuestro día. Observen ustedes que, teóricamente, de esto no se habla y entonces la mayoría de los conflictos que surgen en los matrimonios médicos son muy claros: “estoy casada/o con un mudo”.

Hay desafíos que son clásicos en la Medicina: ¿Qué es una buena Medicina? o ¿Qué es un buen médico? o ¿Qué es buena calidad médica?.
Aquél que tiene buena comunicación, disponibilidad, calidad y experiencia: junte Ud. estas cuatro cosas y tiene un buen médico.
La esencia de una buena comunicación es entender que el paciente es una persona y no un problema médico a resolver. Claro que la primera vez que lo sabemos es después que nos recibimos, porque hasta ahí lo que hemos estudiado son sólo enfermedades. De hecho, aún hoy, la bioética nos enseña mucho más a cómo analizar, resolver y poder lidiar con problemas que probablemente nunca vamos a ver, como la terapia génica, y nos somos capaces de resolver el problema de como tratar mejor a nuestros pacientes cotidianamente, que también es un problema ético.
De hecho, en una Medicina moderna nanotecnológica, una corte suprema autoriza un aborto porque no podemos cuidar un embarazo.

El paradigma actual es gravísimo porque no tenemos tiempo, no sabemos para qué, pero no tenemos tiempo. Eso es seguro. Y si no tenemos tiempo, yo te puedo decir con qué te puedo dar tiempo. Entonces hay una enorme medicalización de la cultura. Todo el mundo cree que nosotros tenemos que tener una solución, solución que tiene que ser un medicamento. Y una enorme cantidad de medicamentos se consumen fundamentalmente para poder resolver problemas existenciales que no solucionan los medicamentos.

¿Quiénes son los más importantes consumidores de medicamentos?: Los médicos. Los más importantes consumidores de medicamentos son los médicos. Solamente somos superados en la ingesta alcohólica por los escritores.

Pero hay desafíos de la modernidad además de los desafíos clásicos. Para todos o para algunos ¿ahí hay personas?, y tenemos que tomar decisiones nosotros y muchas veces, apenas sabemos quienes somos, mucho menos podremos saber quiénes son.

Diagnóstico del Síndrome de Burnout:
El diagnóstico del síndrome de burnout es relativamente fácil y nos vamos a basar en una de las pocas normas que hay para su diagnóstico, prevención y tratamiento que hizo la Sociedad Internacional de Oncopediatría.

1. La primera evidencia de burnout es el cansancio. Cansancio, depresión, trastornos del sueño y cambios del apetito. Esta es la primera etapa.
Cuando uno tiene evidencias de que eso está sucediendo debe empezar a prender las alarmas, ¿por qué? Por que eso significa que nosotros como instrumento empezamos a tener dificultades y nuestros pacientes pueden sufrir las consecuencias. Empezamos con cosas que parecen banales pero no lo son. Ahí es donde tenemos que empezar a prestar atención.

2. La segunda es insatisfacción: perdemos felicidad y perdemos grado de placer en lo que estamos haciendo. Aparece entonces la indiferencia, el resultado no me importa, el cinismo que una enorme cantidad de veces lo empleamos en el entrenamiento de los residentes cuando jugamos al célebre "no, usted no tiene razón". Si la tiene: su conocimiento es absolutamente azaroso no fruto del razonamiento. Acertó. Si acertó y es viejo es tan clásico que es obvio. Si es nuevo: no está probado. Si está probado: no está en un estudio randomizado. Si es randomizado: no se publicó en el New England, olvídese...

Pero muchas veces lo empleamos en nuestra relación con todo el grupo que está trabajando en nuestro entorno. Eso genera irritabilidad y falta de participación. La persona deja de estar presente en las actividades grupales. Esto lleva a la sensación de fracaso profesional, y a la sensación de fracaso personal por esa condición que decíamos al principio: se ha abrazado una manera de vivir, una manera de ser.

3. Por lo tanto se incorporan los hábitos tóxicos y el abandono laboral. Esto es la tercera etapa de algo que empezó con el cansancio, siguió con la insatisfacción y llegó a este nivel. Por supuesto, esto se traduce rápidamente en el trastorno de relación social más próxima que es el marital y el familiar, la tasa de divorcios médicos es notablemente más alta que la de la población general y en la muerte permanente ya sea por el abandono profesional donde dejamos una manera de ser o directamente por quitarnos la vida.

Todo esto, como ustedes ven, no se produce de un día para otro. No se produce sin señales de alarma, no se produce sin tener evidencias de que algo está ocurriendo. Este evento final es algo que no se quiso ver. Es una negación activa a entender lo que nos está pasando. Hay instrumentos, muchos, que uno puede intentar poner en evidencia. Algunos muy complejos y otros muy simples. Pero lo cierto es que, independientemente del instrumento que ustedes elijan, lo más importante es tomar conciencia de lo que a uno le está pasando.

La prevención y el tratamiento del síndrome de burnout se basan en comprender que el cuidado de uno mismo debería ser parte esencial de nuestra actividad profesional. En tomar conciencia que el cuidado que uno debe hacer con uno mismo no es solamente para que uno esté mejor, sino para que todos estemos mejor, incluyendo la salud de nuestros enfermos. Porque en la medida de que nosotros estamos mejor, nuestros diagnósticos son más certeros, nuestros tratamientos son mejores y nuestros enfermos están mejor. Es decir, debería formar parte de la obligación del médico cuidarse a sí mismo porque él es el factor pronóstico más adverso para una enfermedad. No se olviden ustedes, que la única chance que tiene un paciente de salvarse si un médico equivoca el diagnóstico es que también equivoque la terapéutica. Si un médico equivoca el diagnóstico, la única chance que le queda al paciente de zafar es que se equivoque en la terapéutica también. Sino, lamentablemente el enfermo padecerá las consecuencias.

También es claro que el burnout resulta de un desequilibrio entre las demandas del trabajo y las características individuales. Y esto pone una enorme responsabilidad en los encargados de seleccionar a las personas para los trabajos. ¿Por 1qué? Por que es posible que la demanda no pueda ser satisfecha por todos de la misma manera. Y es totalmente lícito decirle a alguien: "me parece que usted no es el capacitado para llevar a cabo esta tarea". Pero es una responsabilidad de los jefes, que tienen que prevenir la destrucción de una persona evitando que inicie un camino que lo llevará al fracaso.

El primer paso para poder resolver el problema del burnout es entender nuestras limitaciones. Y eso supone descubrir nuestros límites y respetarlos. Y esto exige una cosa que no nos damos: tiempo y autoconocimiento.

¿Para qué sirvo y hasta dónde puedo?
Y uno tiende a creer que sirve para todo y que lo puede todo. Ahí se destruye.

El segundo paso es entender los conflictos. Y esto significa descubrir las barreras y tratar de sortearlas. Y esto también exige tiempo y reflexión.
Solamente para ver los problemas de las Medicinas. Nosotros vivimos en un mundo en el que se ejerce la Medicina. Si ustedes se disiparan un segundito de lo que ustedes hacen y miran alrededor van a ver que la Medicina tiene conocimientos mágicos, históricos. Si, si, del conocimiento mágico ya hay evidencias en la prehistoria. Pero también hay tribus salvajes y urbanas actuales donde claramente el conocimiento no tiene absolutamente nada de científico: el diagnóstico es impuesto, la terapia es conjurada, el conocimiento es esotérico y la transmisión es clonada. Pero está en la televisión y en Internet. Si, si, y los pacientes lo leen, sí, claro, y lo creen, por supuesto.

Está el conocimiento clínico, que en principio es empírico, racional, experimental, el diagnóstico es expuesto, el conocimiento es universal y la transmisión es escolar y teóricamente se da en una relación diádica, íntima, secreta, plena: la relación médico-paciente. Pero pocas veces podemos ejercitarlo con precisión. Cuando eso se hace, raramente es adecuadamente remunerado.

A fines del siglo XIX se incorpora otro conocimiento que es patológico, donde además del conocimiento clínico viene la certificación del conocimiento de alguien que habitualmente no ve al enfermo pero sí tiene razón. Es un conocimiento que funda una dicotomía muy importante y falsa que es la que hay un cuerpo y un alma. Pero básicamente es un conocimiento certificado, por lo tanto, lo que el médico piensa será certificado o no por lo que el patólogo muestre.

A mediados de la década del 50 nace el conocimiento asistido, donde ya participa otro más que tampoco ve el enfermo. Hay un conocimiento clínico, hay una certificación y hay un estudio complementario donde el laboratorio e imágenes dicen cosas del enfermo. Al enfermo no lo ven, pero la imagen está.

Desde 1953, pero sobre todo desde el 2000, nace un conocimiento predictivo esto significa: con la genómica la transgenómica o la proteomica: “yo te voy a decir lo que te va a pasar”. Es decir hay un nuevo oráculo que escribe con 4 letras "ACTG", si, y que además en capas a descifrar nuestro código: 6000.000.000 de letras.
A ver si esta claro, ¿alguien sabe lo que son 6000.000.000 de letras?
No es tan habitual, dado que estamos en la informática es muy fácil: abran el Word tomen por default Times New Roman 12, una hoja A4 escriban dejando 2 cm. de margen a la derecha y a la izquierda, 2cm abajo y 3 cm. arriba y escriban 6.000.000.000 de letras, serán 60 metros de altura de hojas. Si cuando ustedes van por la calle ven un edificio de 23 pisos piensen que de la vereda hasta el techo esta escrito el ADN y así se escribe “hombre”.
Te falta una letra: la anemia falciforme, 2 letras: deficiencia mental severa, te faltan 3 letras: sos mono, es así de fácil. Ahora a pesar de eso yo te voy a decir como vas a envejecer, desde cuando te vas a olvidar como se llamaba tu primera novia, en que momento vas a tener un cáncer, el infarto, o la insuficiencia tiroidea, si antes no te atropella el 60 o no te agarran los piquetes. Hay detalles contextuales que pueden relativizar esto, pero el conocimiento está.

Hay conocimientos desiderativos, si yo quisiera ser Nikole Kidman seria difícil, pero alguien podría decir bueno, con táctica paciencia y mucha “guita” podemos lograrlo.

Y hay un conocimiento coactivo, descubre un remedio y te diré que enfermedad tienes. British Medical Journal, 2 artículos brillantes. Una serie de enfermedades que eventualmente son trastornos funcionales o banalidades se pueden transformar en trastornos gravísimos si yo tengo el medicamento adecuado.

La mentalidad mágica persiste en el menor de nuestros gestos, no se olviden que cada vez que yo escribo r/p, "recipe", todo lo que estoy haciendo es trasladar al latín el signo de Orus con el que se iniciaban los papiros de aquellas prescripciones médicas. Es decir cada vez que yo pongo "recipe" lo que estoy pidiéndole a Orus es que ilumine y logre que esa receta sea eficaz aunque no lo sepa.

La relación medico/médico, es decir la relación entre colegas, es la más difícil de todas, ¿porque es la más difícil de todas? Porque no hay nada peor que un colega, así de fácil tanto es así que hay dos relatos de la creación: el primer relato es aquel en el cual se dice: Dios tomó tierra y agua e hizo muñecos de barro y así creo el hombre, pero en las cuevas de Cunram hace poquito se encontró otro parrafito que dice: y después tuvo un cólico y creo un colega, entonces digamos este es un problema grave porque habitualmente el colega no tiene razón. Entonces tenemos que tener mucho cuidado en las segundas opiniones porque generalmente los oncólogos opinamos de cardiología, los endocrinólogos de psiquiatría , todos opinamos fundamentalmente de lo que no sabemos y le decimos con la autoridad que nos da el ser médico y que nos crean, mucho peor si son colegas de la misma especialidad. Es importante entender que esto genera aun más ansiedad.

El tercer paso para combatir el burnout es construir equipos de trabajo.
Pero los equipos de trabajo no se declaman, los equipos de trabajos se construyen. Como dice Vincent; cuando viene alguien y me dice yo trabajo en equipo yo le digo, mostrame la cicatriz. Fíjense ustedes no hay nada mas claro para conformar equipos que un equipo de fútbol o una orquesta, ellos entrenan 40 horas por semana para trabajar a lo sumo 2, y nosotros con suerte entrenamos 2 horas para trabajar 40 horas.
Los equipos se construyen con roces con fricciones con dificultades con fracasos con éxitos con historia y no crean ustedes que sólo los malos médicos pueden tener burnout. Sir. William Osler uno de los mas grandes médicos del siglo XIX y principios del siglo XX dejó la Jhon Hopkins y se fue a Oxford porque sufría lo que en esos momentos se llamaba surmenage, que no es mas que burnout.
El trabajo en equipo exige normas y entrenamiento diario porque las normas facilitan la tarea, ayudan a que la toma de decisiones. Pero es cierto que uno tiene que tener un número limitado de normas eficaces, porque cuantas menos sean mejor se cumplen.

Las vocaciones personales, no todos estamos llamados a lo mismo, yo he asistido mas de 1000 enfermos hasta su muerte. Entre otras muchas cosas porque vocacionalmente no me generan conflicto, bueno, no todos queríamos ser cura cuando éramos chicos y decidimos casarnos después, entonces es comprensible que alguien diga, que a mi vocacionalmente no me interesa eso.

Las vacaciones periódicas, la vacación no es solamente un momento de distensión, es también un tiempo de reconstrucción.

Las postas criticas, cuando alguien ha perdido a un familiar recientemente es importante que no se enfrente a enfermos que tienen la misma patología o la misma edad del familiar que murió.

Nietszche decía: “Todo aquel que tiene un porque vivir, siempre encuentra un como”. Empezamos a estudiar Medicina porque queríamos aliviar y ayudar a la gente, no debemos olvidar eso porque el médico es siempre aquel que busca ayudar al sujeto.
La contención del paciente, los cuidados paliativos, la investigación clínica, la docencia institucional, la educación junto con los talleres recreativos, todo puede incorporarse a la tarea de un médico y darle un mejor significado a su acción y generar una Medicina integrativa y participativa. Esto supone incorporar al paciente, a la familia y a la sociedad en la Medicina, y es nuestra función hacerlo, porque ellos son, o por lo menos deben ser parte del equipo y claramente hay una utilidad grande en hacer participar a los pacientes en la toma de decisiones, se alivia enormemente la tarea.

Si este es nuestro núcleo causante del problema: el manejo de la verdad, el alivio de la enfermedad, el cuidado de la familia y el problema de la muerte.
Si estos son los desafíos: el tiempo y los dilemas éticos y prácticos cotidianos.
Si esta es la solución: entender que somos limitados, descubrir cuales son las barreras y formar equipos, la decisión de hacerlo o no hacerlo, descubrir cuales son las barreras y formar equipos, la decisión de hacerlo o no es absolutamente individual.
Recuerden ustedes que la mas vieja, la mas clara la mas útil definición de médico la dio un filósofo romano en el siglo IV y definió al médico con cuatro palabras: “hombre bueno experto en el arte de curar”.
No se puede lograr un médico solo con expertitud, no se puede lograr un médico solo con humanidad; humanidad y expertitud es lo que logran un médico y nosotros debemos cuidarlo.
Muchas gracias.

· La conferencia del Dr. Ernesto Gil Deza tuvo lugar el día 1º de Julio de 2005 en la sede de la AMA como parte del programa de las Jornadas IntraMed 2005
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http://neurociencias.blogcindario.com/2005/11/00022-sindrome-de-burnout-en-medicos.html

El Síndrome Burnout en médicos hispanoamericanos

El Síndrome Burnout en médicos hispanoamericanosUn estudio realizado on line en IntraMed.

Armand Grau, Daniel Flichtentrei, Rosa Suñer, Sílvia Font-Mayolas, María Prats y Florencia Braga
IntraMed
Rev Esp Salud Pública 2009; 83: 215-230, N.° 2 - Marzo-Abril 2009



A continuación se expone el resumen y la introducción del trabajo, podrá descargar el trabajo completo en formato pdf haciendo click aquí

Resumen:

Fundamento: La aparición del síndrome de burnout se relaciona con factores ambientales, culturales y personales. Los objetivos de este estudio son comparar la prevalencia de burnout entre profesionales sanitarios de países de habla hispana y explorar su asociación con las características sociodemográficas y profesionales de los trabajadores y con sus percepciones.

Métodos: Se ha estudiado el síndrome de burnout en 11.530 profesionales de la salud de habla hispana (51% varones, edad media de 41,7 años). Se utilizó el Maslach Burnout Inventory y un cuestionario de elaboración propia vía online desde el portal sanitario Intramed El período de estudio fue desde diciembre del 2006 hasta septiembre del 2007. Las asociaciones entre variables se estudiaron mediante pruebas de regresión logística.

Resultados: La prevalencia de burnout en los profesionales residentes en España fue de 14,9%, del 14,4% en Argentina, y del 7,9% en Uruguay. Los profesionales de México, Ecuador, Perú, Colombia, Guatemala y El Salvador presentaron prevalencias entre 2,5% y 5,9%. Por profesiones, Medicina tuvo una prevalencia del 12,1%, Enfermería del 7,2%, y Odontología, Psicología y Nutrición tuvieron cifras inferiores al 6%. Entre los médicos el burnout predominaba en los que trabajaban en urgencias (17%) e internistas (15,5%), mientras que anestesistas y dermatólogos tuvieron las prevalencias más bajas (5% y 5,3% respectivamente). Fueron variables protectoras la mayor edad (OR=0,96), tener hijos (OR=0,93), la percepción de sentirse valorado (OR=0,53), el optimismo (OR=0,80), la satisfacción profesional (OR=0,80) y la valoración económica (OR=0,91).

Conclusiones: La prevalencia del burnout es mayor en España y Argentina y los profesionales que más lo padecen son los médicos. La edad, tener hijos, la percepción de sentirse valorado, el optimismo, la satisfacción laboral y la valoración
económica, son variables protectoras de burnout.

Relación médico-paciente, en crisis

03 ENE 12 | Por Roberto Borrone
Relación médico-paciente, en crisis
Medicina defensiva, medicina evasiva y médicos sin tiempo para el paciente.
La Nación

Más del 50% de los médicos consultados en una encuesta reciente reportó haber sufrido algún tipo de agresión verbal o física significativa durante el ejercicio de su profesión ("Agresiones contra médicos", Braga, F. y col. Portal Médico Intramed, e-research). Según múltiples fuentes, el 20% de los médicos argentinos han sido demandados judicialmente por presunta mala praxis (XIV Congreso Argentino de Salud, Mar del Plata, 2011). Los honorarios profesionales que pagan obras sociales y empresas de medicina prepaga por una consulta médica son verdaderamente irrisorios.
En el ámbito público, la presión de una asfixiante demanda de atención, las deficiencias edilicias y el déficit de insumos y de enfermería profesional exponen al médico a ejercer su profesión en condiciones, en muchos casos, inaceptables.
Paralelamente, en el ámbito privado las presiones no son menores: listas de turnos agotadoras con un tiempo tan breve frente al paciente que imposibilita establecer una relación médico-paciente adecuada.
Ciertas especialidades médicas críticas muestran, en los últimos años, una notoria reducción en el número de aspirantes a cubrir vacantes, ya sea en la etapa formativa como en posiciones para especialistas experimentados.
Esto es consecuencia directa del desaliento que genera un escenario laboral cargado de abrumadoras responsabilidades y exigencias sin un reconocimiento acorde con ellas. No es lógico que un sistema de salud se sustente en la heroicidad de sus protagonistas. Las vocaciones, en muchos casos, son erosionadas por un escenario tan adverso. La calidad de vida del médico promedio ha descendido a niveles impensables.
Los "sistemas de adaptación" que han adoptado muchos médicos a este escenario no son los mejores ni para ellos ni, mucho menos, para sus pacientes.
Desde hace años se ha expandido la expresión "medicina defensiva". Fue la respuesta que una gran proporción de médicos adoptó para intentar tener una posición más sólida, en términos probatorios, ante una eventual demanda judicial. Esto se tradujo, por ejemplo, en un aumento notorio en la solicitud de estudios complementarios que están más allá de los estándares recomendados. Esta conducta tiene claras implicancias en términos de dispersión de recursos económicos, además del tiempo ineficazmente empleado.

Todo este contexto ha generado un quiebre en la relación médico-paciente. Flota en el subconsciente colectivo de la comunidad médica, con distintos matices, la percepción de que todo paciente puede ser un potencial litigante.
El "sistema de adaptación" frente al honorario reducido de la consulta fue el incremento del número de consultas, que redujo drásticamente el tiempo ofrecido a cada paciente (además del pluriempleo).
Se cambió calidad por cantidad. La consulta es el eslabón fundamental de la actividad asistencial del médico. Las decisiones que se toman en la consulta marcan, muchas veces, el destino de un paciente. La consulta médica requiere un tiempo para escuchar atentamente al paciente, un tiempo para examinarlo minuciosamente, un tiempo para redactar una historia clínica completa y un tiempo para explicar al paciente y familiares su dolencia, el tratamiento que se debe instituir, los estudios por efectuar y las perspectivas. ¿Cuánto tiempo suman todos estos tiempos?
Médicos y pacientes nos hemos acostumbrado a consultas de una brevedad extrema. Esto daña a ambas partes. El médico responsable sabe que está menoscabando su profesión y exponiéndose a cometer errores. El paciente no se siente contenido y tiene, muchas veces, la certeza de no haber sido correctamente evaluado. Ambos en definitiva son víctimas de un perverso sistema que ha reemplazado conceptualmente al binomio médico-paciente por el de prestador-cliente (subproducto del gerenciamiento de la salud aplicado a ultranza).
Ubiquemos ahora en este crítico contexto una actividad como la medicina, marcada en múltiples casos por la incertidumbre y los hechos fortuitos. Es lógico deducir que el desgaste laboral del médico desemboque, en muchos casos, en graves consecuencias para su salud física y mental. Patologías como el burn-out , el estrés crónico o el síndrome judicial comprometen hoy a un gran número de profesionales. El índice de insatisfacción profesional entre los médicos ha crecido notoriamente. Al médico le es muy doloroso admitir abiertamente estas íntimas vivencias vinculadas al ejercicio de su profesión.
El otro "sistema de adaptación" cuyos primeros indicios son evidentes es el que me atrevo a denominar como el de la "medicina evasiva". Esto se traduce en evitar tratar pacientes con patologías críticas con un pronóstico reservado. Es decir, estamos transitando por el camino hacia el fin del "médico heroico".
Las implicancias de la medicina evasiva son fáciles de deducir: médicos en la cúspide de su experiencia y capacidad intelectual que restringen voluntariamente su actividad profesional.
Muchos médicos, agobiados por este escenario laboral, deciden abandonar la medicina asistencial anticipadamente.
Todos somos potenciales pacientes. Cuando está comprometida nuestra salud, deseamos ser atendidos por médicos con una sólida formación sedimentada con la experiencia, con sentido común y con la tranquilidad espiritual necesaria para adoptar las mejores decisiones.
El camino por el que está transitando la medicina argentina en lo que hace al escenario en el que ejerce su profesión el médico no parece ser el mejor para lograr aquel "encuentro entre una conciencia y una confianza", como fuera magistralmente definida la relación médico-paciente por Duhamel.
Mucho se ha avanzado en materia de los derechos de los pacientes, pero, paralelamente, se ha descuidado el derecho de los médicos a ejercer su profesión en condiciones acordes con la enorme responsabilidad a que los enfrenta diariamente su labor. Por los motivos previamente expuestos, esto termina repercutiendo, inexorablemente, en la calidad del servicio de salud. Las instituciones médicas y los legisladores deben enfocar urgentemente estas cuestiones como lo que realmente son: un verdadero problema de salud pública que requiere soluciones concretas.
© La Nacion El autor es doctor en Medicina, médico oftalmólogo y profesor universitario. Médico legista universitario y docente de la Cátedra de Oftalmología de la Facultad de Medicina de la UBA