lunes, 4 de octubre de 2010

Un radical cambio al sistema de salud

Un radical cambio al sistema de salud

Cheque Auge parte en noviembre: 169 mil pacientes en listas de espera podrán elegir la clínica donde atenderse

23 septiembre 2010
Un radical cambio al sistema de salud —que promete polémica— tiene en sus manos el Gobierno. Se trata del “Cheque Auge”, promesa de campaña del Presidente Sebastián Piñera, que implica un cambio total en la atención de los 12,5 millones de usuarios de Fonasa: los pacientes que hoy se encuentran en listas de espera recibirán un “voucher”—una especie de bono— para atenderse en el sector privado, y podrán elegir ellos mismos la clínica que consideren óptima para ello.

El plan piloto comienza en octubre y el mandato es ponerlo en régimen desde noviembre.

El director de Fonasa, Mikel Uriarte, es el encargado de materializar este “Cheque Auge”, también llamado “subsidio portable”, que se hará efectivo cuando el paciente presente un reclamo oficial ante la autoridad por no obtener su prestación en los plazos establecidos en el Auge —hoy 169 mil personas están en esa condición—, lo que activará de inmediato el pr

Según Uriarte, para concretar esta idea no es necesaria una nueva ley.

Preparan licitación de prestadores

“Como lo vamos a tener identificado, le diremos a la persona que vaya a otro lado si no lo atienden en el servicio”, explica Uriarte, ex intendente de seguros y empresario de ese mismo ámbito.

Uriarte cuenta que para cumplir con esta meta ya prepara licitaciones —cuyas bases están en Contraloría— por prestaciones retrasadas, para que centros de salud y clínicas privadas ofrezcan atenciones. La idea es partir con las enfermedades que representan más de un tercio de los atrasos: las casi 46 mil cataratas y otros vicios de refracción.

Explica: “La persona con su bono portable, por ejemplo por $380 mil, podrá ir a una clínica para atenderse. Quizás ésta cobre algo más, que lo paga el usuario, a no ser que busque algo que se ajuste al precio en que nosotros valorizamos esa atención”.

¿Privatización encubierta? “Eso es una ignorancia”

—¿Se pondrá al día con las listas de espera sin complejos de que la solución venga del mundo privado?

—Esto tiene que ser un cumplimiento público-privado. A mí me interesa que el beneficiario tenga asegurado el tema de salud. Si el servicio público es más eficiente y me soluciona todos los problemas (...) no tengo tabú de que se solucione con el público. Pero, para ser práctico, necesitamos los dos.

—¿Esto es una forma de privatizar?

—Eso es una ignorancia. Porque si mantener un sistema público significa listas de espera... ¡A la persona afectada le da lo mismo si la solución es pública o privada!

—¿Y por qué, con esos fondos que se destinarán, no fortalece el sistema público?

—Es una opción política que se ha aplicado desde hace tiempo (dice en referencia a la Concertación). Pero acá se ha optado por que sea la persona quien decida.

—¿El resultado de esa política de la Concertación fueron las listas de espera?

—Sí.

—¿Eso invalidaría el camino de fortalecer el servicio público, entonces?

—Hay prestaciones en el sistema público que pueden ser solucionadas aquí... En otros países, por ejemplo, el sector público resuelve las prestaciones de alta complejidad, en las que el sector privado no va. Pero si el mundo privado ayuda, bienvenido.

“Ninguna persona podría pensar que las listas de espera son positivas”

—¿Esta salida implica desfinanciar el sistema público?

—No, porque buscamos mejorar la gestión... Estamos ordenando el sistema público y si no soluciona las listas de espera, vamos al mundo privado.

—¿Cómo recibirá esto el mundo político? Este bono podría tener resistencia.

—Yo soy técnico, no político. Pero creo que ninguna persona podría pensar que las listas de espera tal como están son positivas.

—Pero pueden surgir críticas por el hecho de entregarse US$ 300 millones al sector privado para atender estas prestaciones...

—¡Pero si ya se entregó al sector público! Y se transformó en deuda y listas de esperas.

De hecho, Uriarte manifiesta que la reducción de las listas de espera marcará un buen indicador si están haciendo correctamente el trabajo: “Vamos a sentir que lo estamos haciendo bien cuando no existan listas y cuando se pueda evaluar al prestador, sea público o privado. Las listas de espera se van a acabar en dos años... aunque espero hacerlo antes”.(LA SEGUNDA)

El diputado Juan Lobos (UDI) es optimista respecto al sistema que se comenzará a aplicar en octubre: “Finalmente se hace una buena gestión que beneficiará a los sectores más afectados por una mala atención”, dice.

“Acá hay dos formas de solucionar las cosas y esta manera más liberal es muy efectiva”.

El senador y presidente de la comisión de Salud del Senado, Guido Girardi, sostiene que el bono Auge es “un caballo de troya para destruir el sistema público”.

“Creemos que se debe fortalecer la gestión y no entregar a los privados las prestaciones. Eso es inaceptable. Ya tenemos un sector muy disminuido”.

El presidente del Colegio Médico, Pablo Rodríguez, sostiene que el bono “es una buena solución transitoria, pero hay que fortalecer el sector público”.
“Hoy no ha sido posible solucionar los temas de atención por falta de camas, de profesionales y por eso hay que mejorar en el sistema público”, agregó el dirigente.



Fuente: La Tercera

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