miércoles, 24 de junio de 2009

El Sidrome de Burnout:un Problema actual

Las características más sobresalientes en los inicios del nuevo siglo las constituyen los vertiginosos avances y cambios que la tecnología, la globalización y la información han significado para el ser humano el cual se ha visto desafiado a asumir acelerados pasos en el proceso de adaptación que debe realizar frente a estas nuevas tendencias. Es claro que estamos frente a hechos donde esta nueva revolución tecnológica ha significado un aumento de la frecuencia y velocidad de este proceso de cambios, que se ha constituido en unos de los pilares básicos en la evolución de la humanidad. La Dra. Laura Schwartzmann señalaba que las principales características de la vida actual podrían tipificarse en los siguientes aspectos: aumento de longevidad, no necesariamente asociada a una buena calidad de vida; acelerada revolución tecnológica; inseguridad constante; exceso de información; pérdida de trabajo y multiempleo; cambios en la estructura familiar; pérdida de motivaciones, lealtades y valores[1].

Otros elementos importantes en la sociedad actual los constituyen la incorporación de la mujer al trabajo, una fuerte tendencia al consumo y la gravitación de los medios de comunicación social que nos transmiten nuevos referentes en la búsqueda de una satisfacción personal y social. Todo esto ha implicado fuertes exigencias, presiones y nuevos determinantes sociales de la salud, entre los cuales aparecen con mayor trascendencia la situación socioeconómica, con un fuerte impacto sobre la salud a través del ciclo vital; el estrés relacionado con el trabajo; la exclusión social; el desempleo y la inseguridad laboral como componentes que aumentan el riesgo de enfermar.
Éstas nuevas variables tienen repercusiones concretas en el desarrollo laboral pudiendo favorecer o dificultar la búsqueda de sentido en lo profesional. Ésta situación ha tenido como consecuencia que un gran número de trabajadores perciban que sus recursos y competencias sean insuficientes o excedan y sobrepasen sus capacidades adaptativas ocasionando cambios psicológicos y fisiológicos que pueden afectar seriamente su salud.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT), señalaba en el año 2000, respecto al estrés laboral que constituía una enfermedad que ponía en peligro las economías de los países y resentía la productividad al afectar la salud física y mental de los trabajadores.
En el último tiempo las investigaciones sobre el estrés laboral, sus consecuencias y características, han permitido determinar la existencia de un nuevo trastorno, sobre el cual en nuestro país no existen muchos estudios. Me refiero a este fenómeno particular de estrés laboral que se denomina Síndrome de Burnout, también conocido como el síndrome de “Quemarse en el trabajo”, el cual se caracteriza por presentar en el trabajador un agotamiento físico y psicológico, baja motivación, agotamiento emocional y actitudes negativas hacia si mismo y los demás y un sentimiento de inadecuación hacia su labor profesional. Todo esto conduce a que los trabajadores formulen críticas y quejas en cuanto a las condiciones en que desarrollan sus actividades laborales, sus relaciones interpersonales y los obstáculos que encuentran en el desarrollo de su carrera profesional, significando un perjuicio para la salud y afectando el clima organizacional en el que las personas desarrollan su trabajo. Esto ha llevado a que en los últimos años el Síndrome de Burnout se constituya de manera creciente en uno de los focos de atención muy importante tanto para su estudio, tratamiento y prevención.

Las manifestaciones características del descontento laboral y su implicancia a nivel personal y organizacional fueron asociadas durante muchos años a significados muy distintos. Es en el año 1974, cuando Freudenberger inicia sus estudios en este ámbito que le condujeron a adoptar una conceptualización que acuñó con el nombre de “Burnout”, la cual fue asociada de manera directa a los ámbitos de la salud y la educación. Este concepto fue definido como un tipo de “estrés laboral e institucional” que se generaba específicamente en aquellas profesiones de ayuda y servicio social en las que existía una relación constante y directa con las personas beneficiarias de la acción profesional.
Posteriormente, en el año 1981, las autoras Maslash y Jackson tienen una decisiva influencia sobre el tema al definir el Burnout como un síndrome tridimensional caracterizado por: un Cansancio Emocional, una Despersonalización y una Reducida Realización Personal. Además estas autoras crearon un instrumento específico para medir los niveles del síndrome tomando como bases estos tres componentes.

En la actualidad los estudios sobre el Burnout han ido adquiriendo una especial importancia en los diversos ámbitos laborales pasando a constituir una preocupación específica de quienes trabajan en el ámbito de la salud, el servicio social y la educación en forma fundamental y extendiéndose ésta preocupación a gendarmes y empleados bancarios.
La búsqueda de la autorrealización y de sentirse satisfecho consigo mismos hace que las personas necesiten integrar adecuadamente su identidad personal con su identidad profesional. Una dicotomía de ambos aspectos conlleva a un deterioro de su autorrealización, y al no verse cumplidas sus expectativas laborales se afecta su deseo de trascendencia personal y comunitaria, especialmente en aquellas personas que trabajan en las llamadas “profesiones de ayuda”. Es por eso, que al constituir el BO[2] un caso particular del trastorno general de estrés laboral es importante desde el punto de vista psicológico determinar, no sólo su etiología, sino también las principales determinantes y consecuencias, que como señala la Dra. en Psicología, María Isabel Pérez Jáuregui[3] afectan al trabajador a nivel conductual[4], de salud física[5] y psicológica[6] y su relación con los determinantes y estresores que inciden de una manera específica con los aspectos organizacionales[7].

Es importante considerar que la problemática del BO llama a nuestra responsabilidad que debe concretizarse en el interés por buscar caminos de abordaje desde perspectivas creativas e integradoras a partir de intervenciones que se adecuen a las variables que causan el sufrimiento laboral y que provocan importantes limitaciones en las potencialidades y riquezas personales de quienes trabajan en el cuidado de los otros.



[1] Cfr. Síntesis presentada en la VI Escuela Internacional de Verano, Escuela de Salud Pública, Facultad de Medicina, Universidad de Chile, enero 2004.
[2] En adelante se utilizará la abreviatura BO para referirse al Síndrome de Burnout.



[3] Cfr, PEREZ JAUREGUI, M; 2000. Cuando el estrés laboral se llama burnout “Quemarse en el trabajo”, Universidad Libros (UL), Buenos Aires, 32.

[4] Huelgas, ausentismo, rendimiento disminuido, uso de drogas y alcohol, aumento del uso de los servicios médicos y accidentes.

[5] Hipertensión, úlcera péptica, enfermedad respiratoria, dermatitis, enfermedad coronaria, cáncer.

[6] Depresión, ansiedad, alcoholismo, abuso de drogas, neurosis, enfermedad psicógena.

[7] Contenido del trabajo, estructura y política organizacional, ambiente laboral, factores no relacionados con el trabajo, personalidad.

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