sábado, 12 de junio de 2010

El amor de Cuba

El amor de Cuba
por Arnaldo Pérez Guerra (Chile)
MARTES, 23 DE MARZO DE 2010
Rancagua / En una cancha de fútbol del complejo deportivo Patricio Mekis en Rancagua, a 120 kilómetros al sur de Santiago, está funcionando el hospital de campaña que Cuba envió a Chile a raíz del terremoto y maremoto del 27 de febrero. Es un hospital con todo tipo de recursos, atendido por calificados especialistas con experiencia en catástrofes similares, en Haití, Perú, Bolivia, México, Guatemala y otros países.
Su puesta en marcha, a pocos días del traspaso de gobierno, contó con la presencia de la embajadora de Cuba, Ileana Díaz-Argüelles, del ministro de Salud, Álvaro Erazo, y otras autoridades del ramo, entre ellas el director del Hospital Regional que resultó dañado por el terremoto. La Región de O’Higgins fue muy afectada por el cataclismo y las últimas réplicas. El ejemplo de los médicos cubanos es una muestra palpable de amor, solidaridad e internacionalismo.

Hasta el 13 de marzo habían atendido a 1.128 pacientes y efectuado 52 intervenciones quirúrgicas. La organización y equipamiento del hospital y la capacidad profesional de los médicos y paramédicos cubanos fue reconocida por el nuevo ministro de Salud, Jaime Mañalich, ex director de la lujosa Clínica Las Condes, que luego de conocer las condiciones de funcionamiento del hospital de campaña pidió públicamente al gobierno cubano que enviara otro hospital de ese tipo, para atender la emergencia en Chile.
La respuesta del gobierno de Cuba fue instantánea. Dos días después arribaba a Chile un segundo hospital de campaña cubano que prestará servicios en Chillán, una de las zonas más castigadas por el terremoto.

La rápida ayuda cubana -una de las primeras en llegar a Chile- hizo recordar anteriores gestos de solidaridad que la isla revolucionaria ha tenido con Chile. Por ejemplo, durante el gobierno del presidente Salvador Allende, su ayuda en azúcar y otros recursos cuando Chile se vio acosado por el imperio norteamericano y por el sabotaje del empresariado nacional. También centenares de jóvenes chilenos fueron becados para estudiar medicina y otras profesiones en Cuba. Después del golpe militar, miles de exiliados chilenos fueron acogidos en Cuba con fraternal hospitalidad. Y en los años post dictadura, se reanudaron las becas de estudio en la isla, sobre todo en la Escuela Latinoamericana de Medicina de la que han egresado decenas de jóvenes chilenos cuyas familias no podían costearles esa profesión en nuestro país. Todo eso explica que la abnegada labor que realiza el equipo médico cubano merezca el reconocimiento de muchos chilenos que llegan hasta el hospital de campaña instalado en Rancagua no sólo para atenderse, sino para expresar su amistad y cariño a estos representantes de la generosa solidaridad cubana.

Brigada Henry Reeve
Conversamos con el doctor Juan Carlos Andux, director del hospital de campaña. Nos explicó que él y sus compañeros pertenecen a la brigada internacionalista Henry Reeve (un norteamericano que combatió contra España por la independencia de Cuba). Formalmente, la brigada se llama Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias y ha llevado la solidaridad cubana a muchos países del mundo. El grupo que está en Chile tiene sobrada experiencia en medicina general integral, terapia intensiva, ortopedia, cirugía, medicina interna y otras especialidades. El hospital puede realizar intervenciones quirúrgicas complicadas, posee su propio laboratorio y equipos de última generación.

El hospital cubano en Rancagua actúa interrelacionado con otros 15 centros médicos en la región. Han atendido sobre todo -explica el doctor Andux- traumas, politraumas y fracturas pero también cirugía de apendicitis, vesícula, etc. Destaca la coordinación y buenas relaciones que el hospital cubano mantiene con el gobierno chileno. “El trato ha sido muy amistoso. No sólo con las autoridades de salud sino también con el ejército que nos ha prestado importante ayuda. Permaneceremos en Chile -agrega- hasta tanto el pueblo y el gobierno lo requieran”.

El doctor Juan Carlos Andux dice: “Vinimos a Chile por muchos motivos. El primero, es el amor que nos une con el pueblo chileno. Entre Cuba y Chile existe una hermandad de profundas raíces. Nuestras culturas se parecen en varios aspectos, incluso en ciertas comidas; tenemos ancestros españoles comunes. 50 años atrás vino la primera brigada de médicos tras el terremoto de Valdivia. Aquí hoy se encuentra prestando su apoyo, la segunda brigada”.

¿Cómo enfrentan en Cuba los huracanes y otros cataclismos?
“Con unidad. Con la unidad del pueblo. En los programas para enfrentar esos fenómenos participan todos los factores que intervienen en la vida cotidiana de los cubanos. El objetivo central de los planes para enfrentar emergencias es proteger la vida de todo ser humano. En Cuba se registran muy pocos damnificados porque con los huracanes hacemos un seguimiento de prevención que nos permite tomar todas las medidas adecuadas. La población cubana está educada para saber cómo actuar en esas situaciones críticas. Así se evitan desgracias mayores. Se moviliza todo el pueblo y se ponen en acción todos los mecanismos de transporte, comunicaciones, salud, etc. La gente deja sus casas con toda tranquilidad, nadie teme por sus enseres, saben que serán respetados”.

El equipo del hospital cubano está compuesto por 36 profesionales, 15 de ellos especialistas en traumatología, cirugía, médicos intensivistas y medicina interna. Cuba tiene misiones médicas actualmente en más de setenta países. Son miles de doctores y personal de salud prestando servicios a la humanidad. “Nuestro grupo -añade Andux- es un equipo multidisciplinario muy unido. Médicos, enfermeros, técnicos de laboratorio y otro personal tienen una labor importante que se complementa. Este hospital está capacitado para operar. Tenemos quirófano, terapia intensiva, sala de hospitalización, laboratorio, sala de imágenes, etc. Estratégicamente nos ubicamos en un lugar -puede ser paradójico para algunos- que es un campo de fútbol. Pero tiene su lógica, está dada porque la actividad sísmica aún no ha terminado y de ocurrir otra situación, el hospital se mantiene en pie y podremos seguir prestando nuestros modestos esfuerzos. Si se cortara la energía eléctrica, se activa un generador y el hospital sigue funcionando normalmente.

¿Lo plantearon ustedes a las autoridades?
“Entre todos pensamos… y les explicamos por qué buscamos estos lugares donde no hay peligros a su alrededor. Ha sido muy estimulante -agrega- la actitud de la gente que nos ha entregado apoyo y amistad. Nos han brindado un pedacito de su corazón y nosotros sólo retribuimos ese amor”.

Pacientes y médicos
Conversamos con Elvidia Olivares, recién operada de un quiste bartolino. “Me sentía muy mal y vine al hospital cubano. A las pocas horas ya estaba operada. He sido súper bien atendida. Todos los cubanos son muy preocupados de los pacientes. En el Sistema de Salud yo estaba esperando atención desde septiembre de 2009. Estuve en Urgencias dos semanas seguidas. Tengo todos los comprobantes. Hablé con todas las matronas. La última vez fui maltratada... Pero acá me acogieron muy cariñosos, nada que ver con lo otro. La enfermera cubana estuvo toda la noche a mi lado. Estoy muy agradecida”.

Otro paciente, Leonidas Fernández, cubano de visita en Chile, sufrió un accidente y en una clínica privada le reconstruyeron el fémur. “Pero no hicieron un buen trabajo. Vine a Rancagua apenas supe que estaban los médicos cubanos. La atención, excelente. Llegué de madrugada, me llevaron al salón de operaciones y me anestesiaron. Estaba en malas condiciones, 14 días con la pierna trancada. Ahora estoy en recuperación. En la clínica pagué un millón 250 mil pesos, aquí ni un centavo”.

Ulises González es chileno, médico general, estudió en Cuba seis años y medio en Manzanillo, provincia de Granma. “Había unos 50 chilenos y de otros países, Jamaica, Congo, Medio Oriente. Terminé en 2007 y volví a Chile. Revalidé estudios y trabajo en Lo Prado, en un consultorio de atención primaria. Vine a Rancagua para apoyar a los compañeros cubanos. ¿Qué puedo decir de la solidaridad cubana? Uno no se la puede sacar nunca más de la piel. Es impagable el amor, amistad y conocimientos que entregan incondicionalmente. Los cubanos enseñan a vivir. La atención que están entregando en este hospital a los pacientes chilenos es de lo mejor. Cuba siempre manda lo mejor que tiene”. Roxana Ravelo Abreu (en la foto), especialista en medicina transfusional, confirma: “La solidaridad cubana es así, como usted la ve. Estamos en Chile para ayudar el tiempo que nos necesiten. Traemos lo mejor que tenemos por puro amor, porque queremos dar lo mejor de nosotros, por deseo de ayudarlos. Nosotros tenemos nuestro modo de vida y estamos donde nos necesiten. Hoy ustedes lo necesitan y aquí estaremos hasta que sea necesario”.

Un especialista en imagenología, Rodolfo Yanes Enríquez, agrega: “Estamos aquí para responder a este cataclismo. Cuba siempre ha sido solidaria y ante estos fenómenos también. Es una forma de responder a la solidaridad que los pueblos han brindado a nuestra revolución. Lo más importante que traemos es solidaridad y amor al pueblo chileno, que ha sido solidario con Cuba. Por lo pronto hay que ser recíprocos, ¿no lo cree usted? Empecé la misión en Haití, en mayo de 2007. La situación allá era completamente diferente. Increíble que a una distancia tan pequeña de Cuba seamos culturas tan distintas. Son un pueblo cariñoso que voy a recordar siempre... El pueblo chileno es maravilloso con nosotros. Es como el pueblo cubano. No he visto diferencias en casi nada, lo único es el clima. El calor humano es el mismo. Quienes he atendido se muestran muy agradecidos. Algunos con dudas: creen que hay que pagar, no tienen idea de lo que es la medicina en Cuba, de cómo es nuestra revolución que hemos llevado con nuestros errores y problemas, pero siempre saliendo adelante”.

Rodolfo Yanes utiliza un equipo sonográfico Toshiba, de última generación, habilitado para exámenes abdominales, ginecológicos, obstétricos, de partes blandas, mamas, etc. Sofisticado, inocuo, no invasivo. Se dispone también de un equipo portátil de rayos X y un laboratorio clínico. Todos equipos de alta tecnología. “Ustedes y todo ser humano merecen una atención esmerada y altamente calificada”, dice.

¿Cómo un país pobre y bloqueado por el imperio como es Cuba, envía todos estos equipos médicos sin cobrar un peso a Chile? ¿Por qué lo hacen?
“En lo que usted señala se encuentra la razón de ser de Cuba -dice Rodolfo Yanes-. No damos lo que nos sobra, compartimos lo que tenemos. La salud en Cuba es gratuita y de calidad, y la compartimos con todo el que la necesite. Nuestro salario es la sonrisa del paciente agradecido de recibir un trato humano, ¿me entiende? En Cuba llevamos años formándonos en estos principios, de nuestros reveses nos hemos levantado. Nos ponen zancadillas y buscamos otra brecha. No nos cansamos nunca porque ¿para qué cansarnos? Podemos agotarnos, pero cansarnos nunca… Y así es el cubano, de entrega y solidaridad. El mundo entero está cambiando y lo más lógico es que nos unamos e integremos para resolver los problemas que tenemos en nuestros países, sin injerencias extrañas, sin amenazas, bloqueos ni trabas. Todo lo que podamos hacer por la humanidad vale la pena, nos ayudará a formar el ser humano del futuro”, dice el doctor Rodolfo Yanes.

La tecnóloga de la salud María Victoria Vega Somonte, añade: “Estamos en Chile para brindar a quien lo necesite nuestra ayuda humanitaria en salud pública. Brindarles todo lo que podamos dar. Vinimos a ayudar y a cooperar con el dolor del pueblo chileno. Yo estuve antes en Pakistán y en Haití, después del terremoto. Nuestros compañeros van donde se necesite nuestra ayuda. Cuba se caracteriza por brindar esa ayuda humanitaria. Nadie tiene que pedirlo ni llamarnos. Nada más que ocurra cualquier desastre, ahí estamos. El mundo tiene que unirse y ayudarse, todo lo demás es bobería. Las riquezas materiales se pierden en un minuto, lo importante es el amor y la solidaridad”.

(*) Una versión de este artículo fue publicada por Punto Final Nº 705.

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